La ortodoncia va más allá de alinear los dientes porque están torcidos y deslucen la sonrisa. No es un asunto solo de estética sino que busca corregir anomalías en la oclusión o mordida, el crecimiento de la mandíbula o la formación ósea del rostro. Actualmente, su auge se debe al avance logrado al efectuar los diagnósticos, desarrollar nuevas tecnologías y aumentar su popularidad entre los adultos.
En una ortodoncia seria no se pretende que todo el mundo tenga una “dentadura perfecta”, más bien se desea que cada paciente obtenga un desarrollo armónico de maxilares y dientes, dentro de lo que podría denominarse su propia normalidad. Se recomienda llevar a los niños a hacerles un estudio de esta especialidad, para prevenir la existencia de futuras alteraciones, a los 6 años de edad. Este es el momento en que surgen los primeros molares permanentes.
La idea es analizar la factibilidad de que hacia los 12 años, cuando salgan los segundos molares definitivos, todo encaje. En ambos casos, el ortodoncista revisará el cambio en la dentición, la oclusión de los incisivos y el tipo de contacto existente. A esa temprana edad, es posible colocar mantenedores de espacio para que no se altere la mordida con la pérdida de la dentadura de leche y la erupción de la permanente.
En general, quien presente un problema de maloclusión debería optar por un procedimiento de ortodoncia en barcelona que lo solucione. Ya que, esto ocasiona una masticación inadecuada y dificultad para realizar una limpieza adecuada; en consecuencia, aparecen las caries y en los casos más graves pérdida de las piezas, daño a las encías y desgaste del esmalte.
Los problemas de mordida pueden ser hereditarios o adquirirse a causa de una enfermedad dental, desprendimiento prematuro de los dientes temporales, pérdida traumática de los permanentes o trastornos de salud. Eso significa que afecta tanto a niños como a adultos que no fueron tratados durante la infancia o sufrieron un accidente posterior.
